Amazfit Bip S, análisis: un reloj incombustible al que poco más se le puede pedir por su precio

Hay quien dice que los Amazfit Bip son los sucesores espirituales de los Pebble, que en paz descansen, y puede que nos les falte razón. Lo cierto es que son dispositivos que suelen brillar en el apartado de la autonomía y en el precio, y el Amazfit Bip S, una versión ligeramente mejorada del Amazfit Bip, se mueve en esta línea. En Xataka ya hemos tenido ocasión de probarlo largo y tendido y he aquí su análisis. Nuestros compañeros de Xataka Móvil hicieron una comparativa analizando las diferencias entre el Amazfit Bip y el Amazfit Bip S, pero resumiendo, el Bip S tiene un chip GPS de Sony que promete una geolocalización más rápida, tiene mejor resistencia al agua (5 ATM) y una pantalla transflectiva que se ve mejor a plena luz del día. Todo ello por un precio similar. ¿Cómo se comporta en el día a día? Vamos a verlo. Ficha técnica del Amazfit Bip S AMAZFIT BIP S DIMENSIONES Y PESO 42 x 35,3 x 11,4 mm 31 gramos con correa 19 gramos sin correa PANTALLA TFT a color de 1,28 pulgadas Resolución 176 x 176 píxeles Gorilla Glass 3 Tecnología 2,5D CORREA Silicona y TPU de 20 mm Larga: 110 mm Corta: 85 mm GEOPOSICIONAMIENTO GPS+GLONASS SENSORES BioTracker PPG Acelerómetro de tres ejes Geomagnético de tres ejes BOTONES Sí RESISTENCIA AL AGUA 5 ATM BATERÍA 200 mAh REQUISITOS Android 5.0 o superior iOS 10 o superior PRECIO 69,99 euros Amazfit Bip S Smartwatch 5ATM GPS GLONASS Inteligente Reloj Bluetooth Bip 2 para Android y iOS Version Global (Negro) Hoy en Amazon por 67,90€ Un diseño "muy Amazfit Bip" Empezamos, como siempre, repasando el apartado estético. El Amazfit Bip tiene una caja de de 42 x 35,23 x 11,4 milímetros acabada en plástico. No se siente premium ni lo pretende. Tampoco es un reloj particularmente bonito. Por romper una lanza a su favor, el plástico ayuda a que el dispositivo sea bastante ligero, pesando tan solo 31 gramos con la correa puesta y 19 gramos sin ella. En la parte derecha tenemos el único botón que hay en todo el chasis, que ahora está rematado en acero inoxidable y no en plástico, como sucedía en el Amazfit Bip. Y nada más. Los otros tres laterales están completamente vacíos. No hay micrófono, ni altavoz ni ningún tipo de rasgo distintivo. Es un reloj bastante simple en ese sentido. Nuestro modelo es completamente negro, pero los hay con cajas de diferentes colores. Si tuviéramos que definir el diseño del Amazfit Bip S con una palabra sería "básico" En la zona inferior, la que toca con la muñeca, tenemos el sensor de pulso cardíaco BioTracker PPG. Este servirá para monitorizar nuestro ritmo cardíaco en tiempo real 24/7 y funciona con unos LEDs verdes y un sensor. No tiene sensor Sp02 ni NFC, así que nada de hacer mediciones de nivel de oxígeno en sangre ni pagar de forma inalámbrica sin sacar el móvil o la tarjeta. Tampoco se le puede pedir más por este precio, pero son dos puntos a contemplar. Dicho lo cual, hablemos de la correa. Se trata de una banda de silicona y TPU de 20 milímetros con un tacto agradable, pero no demasiado premium. Es muy dúctil, se dobla con relativa facilidad y no es de esas correas que se sienten de buena calidad. Eso, unido al poco peso del reloj, hace que el conjunto no transmita ese "aroma a smartwatch" que algunos pueden buscar y que se consigue en otros relojes (más caros, todo sea dicho). En Xataka La mejor pulsera de actividad por menos de 100 euros: guía de compra y comparativa Por fortuna, no es difícil encontrar correas de mejor calidad para el Amazfit Bip y, por lo tanto, para el Amazfit Bip S. Ambos relojes usan correas de 20 milímetros y son intercambiables, por lo que si quieres deshacerte de la correa de fábrica podrás hacerlo sin problema. Destacar también que el cierre es de hebilla, un clásico, y que funciona bien. Se incluyen dos correas en la caja, una de 110 mm y otra de 85 mm, por lo que recomiendo probar las dos y usar la que mejor se adapte a nuestra muñeca. En resumidas cuentas, es un reloj de 70 euros que transmite lo que un reloj inteligente de 70 euros puede transmitir. No es un reloj premium ni, como decíamos, busca serlo. En el día a día apenas se nota que lo llevamos puesto (lo mismo podemos decir al hacer deporte) y es bastante disimulado. Tampoco molesta al llevarlo mientras dormimos, porque sí, el Amazfit Bip S analiza nuestro sueño, pero de eso hablaremos en su apartado correspondiente. Una pantalla que no brilla, pero funciona muy bien La pantalla engaña, sobre todo cuando tenemos el reloj con la caja negra. A simple vista podría parecer que la pantalla ocupa todo el frontal, pero nada más lejos de la realidad. Hay unos enormes marcos a los cuatro costados y la pantalla ocupa solo una porción. Para que nos hagamos una idea, la caja tiene unas dimensiones de 42 x 35,33 mm, que son 14,7 centímetros cuadrados. La pantalla mide 1,28 pulgadas de esquina a esquina, 3,25 centímetros, por lo que su área es de 10,5 centímetros cuadrados. El 30% del frontal es marco. Más allá de que el frontal se podría aprovechar bastante mejor, hablemos de la calidad de su pantalla. Tenemos un panel TFT a color antirreflejos de 1,28 pulgadas con una resolución de 176 x 176 píxeles y que siempre está activa. Llega recubierta con Gorilla Glass 3, tiene los laterales ligeramente curvados (lo que se conoce como pantalla 2,5D) y tiene un revestimiento antihuellas que, para mi sorpresa, funciona sorprendentemente bien. Las huellas apenas se quedan marcadas, pero no se notan, algo que como maniático de la limpieza agradezco. La pantalla, a pesar de que no es tan llamativa como la de otros dispositivos más caros, se ve perfectamente La pantalla se ve bien a plena luz del día, incluso cuando el sol incide de forma directa. Sin embargo, lo de que es antirreflejos vamos a cogerlo con pinzas, porque el cristal curvado que recubre la pantalla crea unos reflejos raros según le de la luz. Sea como fuere, salvo por este detalle, no se le pueden poner pegas a la visualización de la información, porque insisto, se ve muy bien y se agradece cuando se hace deporte. El panel siempre está encendido, aunque atenuado. Eso hace que de noche se pueda ver la hora o la información que tengamos configurada en la pantalla principal sin mayor dificultad. Sin embargo, se puede activar la retroiluminación para mejorar la visibilidad tanto pulsando sobre el botón lateral como haciendo el gesto con la muñeca. Ambos sistemas funcionan bien y lo único que he echado de menos es poder apagar la pantalla poniendo la palma de la mano sobre ella. Se pueden configurar diferentes niveles de brillo, pero el que mejor experiencia nos ha dado es el que viene activado por defecto, que es el medio. Se puede poner más o menos brillante según el momento del día, pero durante el análisis no hemos tenido la necesidad de toquetear el brillo en ninguna situación. Como decía, su visibilidad a plena luz del día es exquisita. Evidentemente, se puede configurar hasta la saciedad mediante carátulas personalizadas. Hay un buen puñado de ellas accesibles desde la app, cuatro precargadas en el propio reloj y un enorme abanico de opciones en comunidades como Amazfitwatchfaces. Allí, los usuarios de todo el globo suben sus creaciones y nosotros podemos navegar entre ellas para elegir una que nos guste. Muy mal se nos tiene que dar para no encontrar una carátula que se adapte a nosotros. En definitiva, es un pantalla que, lejos de tener lo llamativo de los paneles OLED, cumple con creces su cometido. Habría agradecido una mejor gestión de los reflejos en los bordes, pero al César lo que es del César, se ve realmente bien a plena luz del día y se puede usar sin mayor problema. Su resolución provoca que podamos ver más píxeles de la cuenta, pero nada que llegue a ser desagradable a la vista. Es una pantalla correcta, simple y llanamente. Buen rendimiento con algún problema de conectividad Pasamos así a hablar del rendimiento, y aquí hay tela que cortar. Primero, ¿qué tal va de fluidez este Amazfit Bip S? Pues realmente bien. De hecho, nos llevamos una buenísima sorpresa cuando vimos que al deslizar hacia los lados para movernos entre pantallas, acceder a los menús y navegar por el dispositivo, todo se mueve suave y sin ningún tipo de lag. Es cierto que el reloj es muy básico, pero lo poquito que tiene está bien hecho. En Xataka El mejor smartwatch (2020): guía de compra y comparativa Deslizando hacia la derecha accederemos a la pantalla de control musical, una de las novedades de este reloj y de la que hablaremos enseguida; al resumen de nuestro estado (pasos, calorías, distancia); a los datos PAI (véase el siguiente apartado del deporte); al sistema de medición de pulso cardíaco y, por último, a la predicción meteorológica, que funciona nada más que regular porque la sincronización entre el reloj y los smartphones puede mejorar. Es una grata sorpresa que el sistema operativo se mueva con semejante fluidez Pero vayamos por partes. Ya sabemos que el reloj se mueve fluido y no da ningún tipo de problema, pero como sucede en todos los relojes de Amazfit, no es compatible con aplicaciones de terceros. No me refiero a aplicaciones dedicadas a ampliar las funciones del reloj como AmazTools, sino a que no tiene integración como la que encontramos en relojes más avanzados. Vamos, que no se pueden instalar más aplicaciones desde Google Play, por ejemplo. Por otro lado, el control musical funciona muy bien. No es una app nativa, sino que, en el caso de los móviles Android, debemos otorgarle a la app Amazfit permisos para acceder a las notificaciones y, así, poder controlar la reproducción. Es muy básico (cambiar de canción, pausar y bajar o subir el volumen), pero es más que suficiente para evitar sacar el móvil. Funciona en todo momento, incluso cuando hacemos deporte. Minipunto para Amazfit. El problema reside en que la conexión reloj-móvil tiene margen de mejora, sobre todo con los iPhone. No sé si es algo del propio reloj o de la app, pero el caso es que la app no se sincroniza con el reloj. iPhone y reloj están conectados porque así se refleja en los ajustes del Bluetooth, pero algo falla. Con un móvil Android, sin embargo, el proceso fue como la seda. Se conectó a la primera y desde entonces no ha habido problemas. Más allá de eso, hay ciertos problemas de transferencia de información entre la app y el reloj y el más evidente es el del pronóstico meteorológico. El reloj no deja de pedir que actualicemos la información en la app para móvil. Allí podemos decidir si usar nuestra ubicación GPS o una ubicación concreta introducida a mano, pero de ambas formas le cuesta arrancar y mostrar la información en la pantalla del reloj. Una vez se muestra no hay problemas, pero hasta que eso ocurre pueden pasar varias horas. Dicho sea de paso, es cuestión de pulir el software mediante actualizaciones. Eso no será precisamente un problema, porque el Amazfit Bip S se actualiza mucho, quizá demasiado y sin previo aviso. El problema es que las actualizaciones dejan el reloj completamente parado hasta que se completan, y da igual que se esté actualizando el propio firmware o los datos del A-GPS. No hay forma de configurar el reloj para que se actualice de noche o cuando no lo estemos usando, sino que al abrir la app puede que toque actualizar y, por lo tanto, esperar. Hablando de actualizaciones, no está de más mencionar las notificaciones y las llamadas. El reloj nos permite configurar de qué aplicaciones nos llegan avisos a la muñeca, pero no deja responderlas. Solo muestra el contenido de las mismas y permite borrarlas, pero nada más. Tampoco muestra los emojis. Con respecto a las llamadas, podemos colgarlas y silenciarlas, pero siempre, sí o sí, se tendrán que responder desde el móvil. Pasamos así a hablar de la app, que es exactamente la misma que la que usaremos en otros relojes de Amazfit (Android / iOS). Sin ser una aplicación demasiado completa, permite ver de forma fácil y sencilla nuestro estado actual y el progreso diario, los datos del sueño, las fluctuaciones del ritmo cardíaco y las sesiones de ejercicio. Dentro de cada apartado obtendremos un desglose de las métricas y acceso a los datos históricos. Así, en la pestaña del ritmo cardíaco veremos nuestro pulso actual, el pulso en reposo, cuánto tiempo hemos pasado en las zonas de ritmo cardíaco y los resultados que hemos obtenido con la medición manual. La medición del pulso es bastante precisa, sobre todo cuando la configuramos para que la realice cada segundo. Esto afectará a la batería, pero ya adelantamos que no será un problema. En el apartado del sueño, la app nos muestra cuánto tiempo hemos pasado en cada fase, un resumen de nuestra regularidad, una comparación con el resto de usuarios y una puntuación global sobre 100. ¿Cómo de precisa es la medición? Es difícil saberlo porque estamos dormidos, pero diría que es menos precisa que en otras pulseras o relojes con sensor SpO2. En el registro he podido ver puntuaciones muy altas en noches que he dormido mal, horas de acostarme y despertarme incorrectas y alguna que otra imprecisión. Hacer deporte con el Amazfit Bip S Seguimos hablando del apartado deportivo, donde el Amazfit Bip S nos ofrece unas posibilidades básicas, pero suficientes. Tenemos los deportes clásicos, como correr, andar, cinta, natación (tiene resistencia al agua de 50 metros) o elíptica, pero no hay deportes tan populares como fútbol, baloncesto o tenis. El pádel lo doy por perdido porque ninguno lo tiene. La única alternativa que queda para los deportes que no estén en el listado es "Libre". Cuando iniciamos un deporte, el dispositivo buscará la ubicación GPS, algo que será mucho más rápido si iniciamos la sesión directamente al aire libre. No tarda demasiado, pero sí se toma algo de tiempo, aunque podemos echar a correr y dejar que el reloj se conecte cuando considere. En ese momento, el dispositivo empezará a grabar nuestro recorrido y medirá la distancia recorrida. Que tenga GPS es un buen punto a favor, ya que de esa forma no tendremos que llevar el teléfono encima para registrar la ruta. La pantalla del reloj nos mostrará información sobre la sesión, como el tiempo transcurrido, los kilómetros recorridos, el ritmo y las pulsaciones. En la pantalla inferior encontraremos el ritmo medio, la cadencia y el tamaño de nuestros pasos. Deslizando hacia la derecha podremos pausar el ejercicio y deslizando hacia la izquierda accederemos al control musical. Es información suficiente para un deportista amateur, pero quizá algo escasa para los más avanzados. En las capturas inferiores se muestra un paseo de diez minutos registrado con el Amazfit Bip S. En ellas podemos ver el recorrido con un alto nivel de precisión y cómo reconoce correctamente las pausas. También muestra la evolución del ritmo cardíaco y de la velocidad, así como el número de pasos, la velocidad promedio y las calorías quemadas. Por último tenemos PAI, siglas de Personal Activity Intelligence o inteligencia de actividad personal. Es una métrica basada en el trabajo del profesor Ulrik Wisløff cuyo fin es "ayudar a las personas a administrar su propio estado de salud con un indicador de seguimiento de actividad fácil de entender". Esta usa el ritmo cardíaco para generar la puntuación, que se basa en los datos de edad, sexo, frecuencia cardíaca máxima y en reposo y la respuesta del cuerpo al ejercicio y el objetivo es mantenerla por encima de 100 durante siete días. Es una forma sencilla de entender nuestra forma física, pero me gusta mucho más la aproximación de Fitbit y sus minutos en zona activa. En definitiva, el Amazfit Bip S es un buen acompañante para nuestras sesiones deportivas. Se quedará corto para usuarios más avanzados que busquen conocer todas las métricas al detalle, pero para aquellos que hagan deporte de forma ocasional y simplemente quieran conocer sus pulsaciones y tener un registro del recorrido, será más que suficiente. ¿Cargador? No sé qué es eso Antes de pasar a las conclusiones, no está de más hablar del que, sin lugar a dudas, es uno de los puntos más destacados del Amazfit Bip S: su batería. En el interior de este smartwatch tenemos una batería de 200 mAh con los que la marca promete hasta 40 días de autonomía en modo reloj. En Vitónica Pulsera cuantificadora, reloj inteligente (smartwatch) o reloj deportivo: cuál elegir dependiendo de tus objetivos Durante nuestras pruebas, midiendo el pulso a cada segundo, con la detección automática de actividad física y el análisis del sueño activado, hemos llegado con holgura a las dos semanas de uso con más de un 40% de batería restante. Eso, por lo que hemos podido comprobar durante el análisis, es más que suficiente para aguantar casi dos semanas más. En pocas palabras, la batería del Amazfit Bip S no va a ser un problema Usando el GPS de forma continuada, algo que haremos al hacer ejercicio, la batería se agotará bastante más rápido, aunque sin llegar a afectar en la experiencia global. Muy mal se tiene que dar para no superar las dos semanas de autonomía. Es, con diferencia, su principal punto a favor. Cargarlo por completo toma alrededor de dos horas y media y, para ello, tendremos que usar el cargador de dos pines incluido en la caja. Amazfit Bip S, la opinión de Xataka La experiencia con el Amazfit Bip S es la que se podría esperar de un reloj inteligente de este rango de precios. Es un dispositivo ligero, que pasa desapercibido y que no molesta a la hora de llevarlo puesto 24 horas al día. Los materiales no son los más nobles del mercado, pero es que tampoco los estamos pagando. No es un reloj que vaya a enamorar por su construcción. El rendimiento también es bueno, aunque tiene margen de mejora en la sincronización con dispositivos iOS. Si usas un móvil Android es un problema que puedes obviar por completo. La pantalla, sin ser la mejor del mercado en cuanto a nitidez y colores, ofrece una buena visualización del contenido incluso cuando la luz incide directamente. Ayuda, por supuesto, su buena velocidad de respuesta y la fluidez del sistema operativo. Lejos de ser un reloj avanzado, el Amazfit Bip S tiene prestaciones suficientes para usuarios que busquen algo básico y sencillo El GPS es preciso, como lo es el sensor de ritmo cardíaco, y es lo que importa en un reloj de estas características. No es un reloj inteligente como lo es un Apple Watch o un Galaxy Watch, sino que se dirige a usuarios que buscan un reloj sencillo, que hacen algo de deporte de forma no profesional y que simplemente quieren tener un control básico de sus métricas. En ese sentido, no se le pueden poner pegas. Tampoco se le pueden poner pegas a su batería, que de hecho es su principal atractivo. Poder llevar el reloj puesto todo el día y salir a hacer deporte sin tan siquiera preocuparte de que te pueda dejar tirado es un gustazo. Por 70 euros, es un reloj recomendable para los que quieran probar un smartwatch, aunque se ha de ser consciente de que no es tan avanzado como otros relojes inteligentes. Sea como fuere, no se puede pedir más por este precio. 7,7 Diseño6 Pantalla8 Software7 Autonomía9,5 Interfaz8 A favor * La autonomía, suficiente para olvidarse del cargador. * La pantalla se ve perfectamente a plena luz del día. * La precisión del GPS y del sensor de ritmo cardíaco. En contra * No es particularmente bonito ni tiene una construcción llamativa. * El software puede quedarse corto para usuarios más exigentes. * Hay problemas de conectividad con dispositivos iOS. Amazfit Bip S Smartwatch 5ATM GPS GLONASS Inteligente Reloj Bluetooth Bip 2 para Android y iOS Version Global (Negro) Hoy en Amazon por 67,90€ El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Amazfit. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas. - La noticia Amazfit Bip S, análisis: un reloj incombustible al que poco más se le puede pedir por su precio fue publicada originalmente en Xataka por Jose García .
http://dlvr.it/RYzDfN

Publicar un comentario

0 Comentarios